Reflexiones post-confinadas

Una etapa nueva que nos ha tocado vivir. Y como todo lo nuevo puede dar miedo, incertidumbre, angustia… pero ya lo hemos pasado y ahora somos expertos en pasar 24/7 con nuestr@s hij@s. Y siempre hay cosas buenas que sacar de todas las experiencias.

Ahora podemos conocer mucho más a nuestr@s pequeñ@s, Hemos descubierto que tienen, y tenemos, muchas más fortalezas de las que pensábamos. Mayor capacidad de adaptacón.

Que somos capaces de suplir la pérdida de espontaneidad y falta de contacto físico, que nos ha traído esta situación, con otros recursos en los que antes no habíamos pensado, o no habíamos tenido tiempo de pensar. Hablando más, jugando más, observando más y escuchando más.

Hemos ganado un bien muy preciado que es el TIEMPO. Ahora hay más comunicación en la familia, respetamos más a l@s otr@s, tanto en su espacio físico como emocional; priorizamos las cosas realmente importantes; por fín podemos vernos y mirarnos de verdad.

Y además hemos aprendido que podemos ayudar y acompañar a nuestr@s hij@s a que afronten mejor sus miedos e inseguridades, animándol@s a verbalizar sus sentimientos , o en el caso de l@s más pequeñ@s a que lo hagan a través del juego simbólico o el dibujo. Y sabemos que para gestionar mejor su frustación por no poder salir o no poder ver a familiares y amig@s, podemos organizar, planificar y anticipar las actividades para darles esa seguridad que ell@s necesitan.

Así que, hemos y estamos viviendo una situación dura y complicada, sí, pero que nos ha permitido volver a conectar con nuestra TRIBU. Y eso, siempre es positivo.